viernes, 27 de mayo de 2011

Abuelos! lo mejor del mundo

Después de una temporada sin escribir, ni actualizar esto, vuelvo.

Hoy mi blog va dedicado a unas grandes personas de las que estoy muy orgullosa, mis abuelos!! Gracias a dios, tengo a los cuatro, por ello soy muyyy afortunada. Les quiero dar gracias por el cariño que me dan cada día y por todo lo que me enseñan, porque ellos son los mejores maestros que una persona pueda tener. GRACIAS GUELITOS!!

Y aquí dejo un reportaje que le hicieron el 22 de Mayo del 2011 a dos de mis abuelos, en el periódico Cantabria Diario.



lunes, 9 de mayo de 2011

Incertidumbre


            Sube las escaleras, deprisa, sin apenas posar sus pies delicados en esos escalones en los que el pasar de los años se hace presente. Silenciosa, igual que sus pensamientos, se sumerge en ese pasillo, que aunque corto, parece que no acabe nunca. Su mano larga y temblorosa abre paso hacia su escondite, su lugar de desahogo, donde ahora parece estar a gusto. Tras un suspiro quita sus zapatos, sin ganas, despacio, y se tumba en la cama.

            En sus ojos se reflejan todos sus sueños, esos por lo que tanto ha luchado. Se siente perdida, dolida, como se siente un pintor cuando no tiene colores para seguir mostrando sus creaciones. Con la mirada perdida en ese techo blanco, su cuerpo inactivo, parece ahora de porcelana, delicado, cual figura frágil...
- ¿qué será de mi, seguiré buscando lo que encuentre o finalmente seré lo que siempre quise ser?

            Sigilosamente, sin esfuerzo, gira su largo cuerpo. Una trasparente y suave lágrima recorre su mejilla disipándose entre la tela de la almohada.  Se derrumba. Pensamientos sin sentido la aturden. Repasa todo el esfuerzo derrochado durante años, y su actual situación.
- Sabía que era difícil, pero no tanto.

Se encoge entre las sábanas, intentando no pensar, poniendo todo su esfuerzo en no preocuparse, en convencerse que pronto cambiará. Que podrá cumplir eso con lo que sueña, poniendo su granito de arena a esa mano amiga, que la protege y la quiere.

-Baja a cenar.-  Oye a lo lejos.

Rápidamente se levanta, su mirada perdida recupera su brillo, ayudado de esas lágrimas ya disipadas entre los hilos de la almohada. Pone en sus pies sus zapatillas de andar por casa y recupera su vitalidad.

Todos la creen más fuerte de lo que ella se siente. Intenta no preocupar, quiere ser vista con  fortaleza, sin derrumbamientos, con su sonrisa tímida, pero sonrisa en definitiva. Se desliza por el pasillo, ahora corto y poco a poco desciende por esas viejas escaleras…

- Maldita incertidumbre, cuanto daño me estás causando…-